Familia Pavia Molina disfruta amenazar “No por ser de México eres muy chingona, nomas abusada” fue lo que gritaron cuando vinieron a mi casa.
Buscamos a una persona en el grupo de vecinos para que hiciera algunas modificaciones a nuestra casa. Irving Gustavo Pavia Molina se presentó como ingeniero por lo que le pedí que fuera a la casa a cotizar.
Decidimos darle el trabajo porque ofrecía contrato y pensábamos que eso nos protegería o nos daría alguna especie de garantía, por lo que firmamos el contrato en mayo del 2019 y al día siguiente empezó a trabajar.
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Nos pidió las llaves de la casa para que los trabajadores se resguardaran del sol y entraran al baño, pero fue lo peor que pudimos hacer.
Al principio todo iba bien y fue hasta finales de junio que empezó nuestro calvario. La obra se veía mal construida y la casa estaba hecha un asco; hicieron la mezcla dentro de la casa, todos los baños estaban asquerosos y parecía que se habían limpiado las manos en las paredes. Sin embargo, él seguía pidiendo adelantos para comprar material y pagarles a los trabajadores.
Aterrorizada de cómo estaba quedando la construcción, le pedí los papeles de la escuela pero sólo me dio largas para no entregarlos. Incluso hable a la escuela para validar la información y por supuesto ni lo conocen.
Según él, para que no desconfiara me mandó a su abogado para que tuviera la certeza de que me iba a cumplir. Aunque tiempo después el mismo abogado me dijo que ni a él le contestaba, que ya le había explicado las repercusiones legales que podría tener sus actos y se desentendió.
Fuimos a buscarlo a la dirección que puso como domicilio en el contrato y resultó ser el salón de belleza de la hermana. Ella dijo no saber nada de lo ocurrido y que le pasaba su mensaje.
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Posteriormente fuimos a buscarlo a casa de sus papás, pues es la dirección que aparece en su credencial de elector y la mamá se mostró muy interesada en saber con cuánto nos había desfalcado y dijo que hablaría con él.
Acudimos a la fiscalía a levantar la denuncia correspondiente y a la PROFECO. En ambas partes nos dijeron que esa persona ya contaba con muchas quejas por lo mismo.
En la PROFECO, Irving se presentó a las citas sin problemas y al tener que conciliar ofreció pagar una cantidad burlesca; pero cuando venció el plazo para pagar, volvió a desaparecer.
En la Fiscalía de Mérida tiene muchas demandas y son los mismos servidores públicos los que te alientan a no darle seguimiento al caso, ya que él al declararse con insolvencia económica no hay nada que puedan hacer por los afectados.
En dos años no supimos nada de él, hasta hace algunos días que envió a miembros de la familia (Desire Pavia, Thelma Gallegos, Israel y Alan Molina) para amenazarnos por las publicaciones que aparecen en esta página e incluso volvió a mandar a su abogado ofrecernos pagar la misma cantidad ridícula a plazos chiquitos.
Si, has sufrido de amenazas por parte de la familia te invitamos a acudir a la fiscalía más cercana y reportar la situación.
